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UN PUNTO PARA LA FAMILIA

Cuando Shauna Coxsey preguntó con tres años si podía escalar, su familia no sabía nada de este deporte. Pero eso no le impidió convertirse en la escaladora profesional más laureada de la historia del Reino Unido y tener la mira puesta en el próximo oro olímpico.

Shauna Coxsey ha roto todos los moldes habidos y por haber. La escaladora de competición más laureada del Reino Unido ha estado en el podio de la Copa del Mundo de Bouldering en 30 ocasiones y se ha llevado la medalla de oro a casa en 11 de ellas. En 2016, la Reina la nombró Miembro de la Orden del Imperio Británico (MBE) por sus servicios a la escalada y al país, y este año competirá en Tokio, donde este deporte se estrenará como disciplina olímpica. La Federación Internacional de Escalada presionó durante mucho tiempo para que se incluyera este deporte, argumentando que sería una enorme contribución al programa de los Juegos de Verano. "Ha sido muy emocionante", dijo Shauna sobre esta decisión. "Nunca pensé que la escalada llegaría a formar parte de los Juegos durante mi carrera deportiva".

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Si pudiéramos resumir las cualidades físicas y mentales necesarias para este deporte, Shauna las reúne todas: Talento innato. Concentración a prueba de fuego. Capacidad para recuperarse de los reveses. Sin embargo, a pesar de su habilidad casi inhumana para aferrarse a una roca con los dedos, ¿podría ser su familia el origen de su superpoder? Shauna es la pequeña de seis hermanos y, desde muy joven, ha sacado partido del apoyo y los ánimos de su familia, incluso cuando una grave lesión la dejó en el dique seco. Puede que en la pared esté sola, pero en la vida tiene la mejor compañía.


PLANEAR SU RUTA

Cuando Shauna tenía tres años, sentada sobre las rodillas de su padre, vio a la icónica escaladora francesa Catherine Destivelle escalar en solitario un acantilado de arenisca en Mali. Señalando a la televisión dijo: "¿Puedo hacerlo yo?". Su padre se encogió de hombros. No era escalador, ni conocía a escaladores, ni tenía relación alguna con ese deporte. Pero la llevó al muro de escalada más cercano y ella se enganchó de inmediato. Poco tiempo después, les dijo a todos que quería dedicarse a eso.

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En aquella época, apenas se practicaba ese deporte y casi no había instalaciones interiores en Reino Unido, pero eso no impidió a Shauna empezar a practicar con el apoyo de su padre y sus hermanas. La familia renunció a los fines de semana y festivos tranquilos, viajando por todo el Reino Unido, para acompañarla a las competiciones. Mike, su padre, aprendió incluso a asegurar (como escalador de apoyo que maneja la cuerda de seguridad en el suelo) para que no tuviera que hacer cola en las clases de niños. Ganó su primera competición con nueve años y a los trece ya competía en el circuito junior internacional. También empezó a hacer rutas supercomplicadas de búlder que ninguna mujer británica había intentado antes.

Era muy sociable y tenía muchos amigos, pero escalar era mi auténtica prioridad.

Shauna se empezó a dedicar a la escalada, pero nunca lo vio como un sacrificio. "Era muy sociable y tenía muchos amigos, pero escalar era mi auténtica prioridad". Sin embargo, como no estaba segura de poder vivir de ello, inició sus estudios en la universidad, aunque tuvo que posponerlos para dedicarse a tiempo completo a su deporte.


LA POSITIVIDAD COMO ELECCIÓN

Shauna nunca miró atrás, ni siquiera cuando se rompió una pierna un mes después de tomar aquella decisión. No fue la primera lesión que sufrió, y tampoco sería la última, algo inevitable si uno escala con la intensidad que le caracteriza. Esta es también, sin duda, una de las razones por las que ha destacado tanto en este deporte. Sin embargo, Shauna siempre se ha tomado sus lesiones con filosofía y las ha llegado incluso a considerar como una oportunidad.

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"No es posible no romperse nada en un deporte de élite, es algo que forma parte del juego", explica. "La cuestión, más bien, es cómo enfrentarte a ello. De alguna manera hay que sobreponerse a las lesiones. Me siento fatal durante cinco minutos, pero luego veo que no me puedo disgustar porque no tengo tiempo ni energías que malgastar".

Una mentalidad positiva es como todo. Cuanto más practicas, más beneficios obtienes.

Para Shauna, esta mentalidad es una elección, más que una habilidad innata. "Es como todo. Cuanto más practicas, más beneficios obtienes. Soy tan positiva como insistente; eso también es una decisión consciente, porque soy yo la que elige ser positiva. No ocurre necesariamente de forma natural, pero cualquiera puede conseguirlo si se lo propone". Describe a su padre como un eterno optimista, una persona entusiasta cuya actitud ha sido para ella tremendamente útil y contagiosa. Desde muy joven, la animó a reflexionar sobre lo que había conseguido y en qué momento se encontraba.

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"Es duro quedarte al margen. Pero al alejarte del mundo que te tiene ensimismada, lo contemplas todo desde una perspectiva diferente y renovada. Analizas realmente tu vida. En cuanto te lesionas, tu atención pasa de lo que estabas haciendo a lo que todavía te queda por hacer y hay que centrarse en eso".

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Shauna decidió dedicarse plenamente a la escalada deportiva cuando sufrió una de sus primeras lesiones. Estaba en Londres, viendo con tristeza el Super Saturday de 2012 con "un termo de té y un tupper con comida" en su casa, porque toda su familia había acudido al evento, pero ella no porque estaba lesionada. Cuando el equipo olímpico británico consiguió la medalla, supo inmediatamente que quería alcanzar ese nivel competitivo aunque no podía hacerlo sola. Hasta entonces, su familia había sido un gran apoyo, pero ahora era consciente de que necesitaba un equipo profesional sólido a su alrededor.

Decidí que ya no sería una escaladora aficionada, sino una deportista dispuesta a descubrir la mejor versión de mí misma.

"Decidí que ya no sería una escaladora aficionada, sino una deportista dispuesta a descubrir la mejor versión de mí misma", comenta. A partir de entonces, su carrera fue meteórica. Dedicó también parte de su tiempo a organizar un encuentro para acercar a más mujeres a la práctica de la escalada. En colaboración con su amiga y directora del rocódromo Steph Meysner, inauguraron el Simposio de Escalada Femenina.

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INSPIRANDO A UNA NUEVA GENERACIÓN DE ESCALADORAS

"Recuerdo ir a la pared de escalada y sorprenderme al ver a otras mujeres", dice Shauna, "Ahora es lo más normal". El suyo había sido un caso tan especial que no se había dado cuenta de las barreras que tenían que superar las mujeres en este deporte hasta que empezó a dar clases de escalada en Liverpool. Allí conoció todo tipo de historias. Algunas mujeres se ponían muy nerviosas al escalar cuando tenían la regla, otras por hacerlo delante de sus novios y ser más fuertes que ellos, incluso a otras les preocupaba ganar demasiada musculatura. El simposio sirvió para derribar barreras y devolverle a este deporte lo mucho que a ella le había dado.

Siempre salgo emocionada del simposio por todas esas mujeres que luchan por alcanzar sus metas.

Diez años después, el evento se centra menos en los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres, y más en celebrar su inclusión y compartir esa actitud positiva. "Dedicamos tanto tiempo a su organización que debería ser estresante", dice Shauna. "Pero no lo es, siempre salgo emocionada del simposio por todas esas mujeres que luchan por alcanzar sus metas".

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A LAS PUERTAS DE TOKIO

Antes de Tokio, Shauna había trabajado a fondo para volver a estar en plena forma. "Si te lesionas y sigues buscando el oro, tienes que esforzarte mucho para conseguirlo", dice. Ella no cree que lesionarse y volver sea un motivo de debilidad. "No lo veo como algo que te haga más débil que tu rival. Al contrario, te hace más fuerte. Y cuando llevas tanto tiempo sin llegar a lo más alto de la pared, la cosa más sencilla te parece una gran victoria".

Como cualquier persona, tuvo que hacer el parón obligado durante la pandemia, y se podría decir que consiguió sacar provecho de ese tiempo alejada de la competición, ya que le permitió resolver un problema de muñeca que arrastraba. Para Shauna, las lesiones son siempre oportunidades de mejora, de progresar físicamente. "En cada sesión de rehabilitación, has de darlo todo y esforzarte al máximo para conseguir todo lo que esté a tu alcance". En la escalada de velocidad, es ahora más rápida que nunca.

En todo lo que se propone, Shauna muestra una gran determinación mental, positividad y una actitud realista que explican la consistencia y longevidad de su extraordinaria carrera. ¡Un éxito que su familia no deja que se le suba a la cabeza! Insisten en que sea ella quien prepare el té cuando se reúnen. Les encanta hacerle bromas cuando sale en la tele y ya están ensayando algunas para Tokio.

Queda por ver cómo le irá el verano. Como dice su entrenador: "La preparación no lo es todo, pero Shauna se compromete al máximo y parece que la presión no le afecta". Tiene fama de hacer que los movimientos más complejos del mundo parezcan fáciles, destilando una calma zen en todas sus rutas.

Competir sigue siendo su inspiración. "Para mí no se trata de derrotar a los demás", dice. "Para mí la cuestión es "¿Qué puedo conseguir en esta pared?" Si resulta que mi mejor versión me permite ganar, entonces genial".


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